martes, 31 de marzo de 2009

Osirion: Tierra de Faraones (Parte III)

Hoy las ultimas 7 localizaciones de Osirion.

Shiman-Sekh [Shiman-Sekh]
Mientras que gran parte de las grandes ciudades de Osirion debe sus éxito a uno de los ríos de la nación o a un acceso disponible a los arroyos o fuentes de la montaña, Shiman-Sekh debe su suministro de agua al Oasis Dorado, de lejos la mayor fuente de agua fresca del desierto de toda la faz norte de Garund.
Aunque la precisa historia de la fundación de la ciudad no esta clara, la leyenda mantiene que la ciudad fue construida por el Faraón Canción en los primeros días del Osirion faraónico, haciendo una de las más antigüas de la nación. Desde entonces ha prosperado, rodeado por todos lados por las duras y severas arenas de los desiertos occidentales. Tal es el suministro de agua del Oasis Dorado -se supone que surge de un inmenso río subterráneo- que los límites de la ciudad comprenden una serie de escasos, poco profundos lagos esculpidos por diques con la forma aproximada de petalos abiertos de loto. Cada lago petalo se extiende a través de varias millas cuadradas y serve de hogar a miles de coloridas aves acuáticas que habitan en los juncos y una pequeña población de hetkoshu introducidos siglos antes.
Tan valiosa como es el agua, la ciudad misma se asienta en su borde occidental, dando paso de los lagos a las enormes extensiones de circundantes tierras cultivadas que empequeñecen la zona urbana de Shiman-Sekh misma. Las señales más importantes de la ciudad incluyen varios antiguos obeliscos eregidos en los últimos periodos del Faraón Canción, y una gran mercado de esclavos en el extremo sur de Sothis que abastece tanto a los compradores extranjeros como las necesidades de trabajo de los campos de la ciudad.
Artistica en su disposición y recordando el cuerpo y las raíces de una gran planta de loto, el arreglo de las calles y principales edificios de la ciudad es el mismo que en los antiguos periodos de la antigüedad. La edad extrema de Shiman-Sekh y adhesión al diseño original también significa que virtualmente toda la ciudad moderna esta construida sobre las bases de estructuras anteriores, y estas incluso sobre unas más antiguas. Ocasionalmente nuevos trabajos de construcción descubren intactos edificios hundido en el légamo, los restos de arcaicos sótanos y tuneles de origen incierto, e incluso recientes cosas extrañas.

Las Trincheras de Esclavos de Hakotep [Slave Trenches of Hakotep]
Entre las Montañas Barrera y el nacimiento del Crook se encuentra una red de enormes, altamente erosionados terraplenes construido por el de otra forma desconocido Faraón Hakotep I. Las apodadas trincheras de esclavos son igual de misteriosos como su homonino constructor, recorriendo en extrañas disposiciones geométricas de montículos y surcos a lo largo de 17 millas cuadradas de desierto rocoso. Roto obeliscos salpican los montíuclos entre las trincheras a intervalos irregulares como dedos marchitos alzandose sobre los serpentinos terraplenes, mientras que las trincheras sepultadas por la arena yacen rellanas con los blanqueados, rotos y picados por la viruela de decenas de miles de trabajadores esclavos.
Los obeliscos mismos han sufrido duramente un periodo indecible de erosión por las arenas empujadas por los vientos de las montañas desde los picos que surgen en el distante horizonte, y pocas legibles marcas permanecen para proporcionar pistas sobre sus constructores y su propósito. Previos intentos de investigación solo han datado los pasados de moda los faraonicos cartuchos de Hakotep I y el hecho de que todas y cada una de las miles de extrañas piedras contienen las ataduras espirituales de un elemental de tierra o arena.
Se desconoce exactamente para que los fueron pensados los terraplenes, pero basados en el perfil restante, puede haber sido pensado como algun tipo de mágica y mundana defensa del Paso Kho-Rarme, o algún tipo de glifo titánico para canalizar o aumentar las aguas del cercano Crook. Aunque parece no acabado, a pesar del monstruoso esfuerzo involucrado en su construcción, los asombrosos recursos mágicos que se deben haber gasto en vincular al huesped elemental, y el numero de muertes pagadas como demuestran los huesos en las tumbas abiertas. Excavaciones adicionales pueden contar más de su historia y proposito pensado, pero la zona ha reclamado muchas más vida que solo aquellas de los trabajadores esclavos.
Los elementales atrapados causan menores terremotos estacionales por toda la región y, más importante para los aventureros curiosos, parecen responsables por la extraña animación de muchos restos esqueleticos. A difernecia de los verdaderos muertos vivientes, las criaturas esqueleticas que merodean por los terraplenes están poseidas por espíritus elementales, al estilo de los golems, y durante sus periodo activos parecen obligados a excavar las ruinas, ya sea buscando algo perdido y enterrado o magicamente forzados a finalizar el trabajo al que fueron vinculado hace un milenio. Ya sea debido a la devoción a sus tareas o locura de largos periodos de esclavitud, los poseidos por elementales esqueletos de los antiguos muertos y disecados cuerpos de más recientes víctimas atacan a cualquier intruso que usurpan los terraplenes. Su trabajo parece condenado a fracasar, ya que tras cada periodo de actividad frenética los vientos khamsin terminan enterrando y destruyendo todo el progreso que han hecho.

La Cabeza de la Esfinje [The Sphinx Head]
Situada entre Shiman-Sekh y el Junira, la mayor existente esfinje tambien es la más espectacular, y una de las señales más reconocibles de la nación. Esculpida de un oscuro, casi negro granito y situada contra las blanquecinas arenas del desierto, la apodada Esfinje Negra, o sencillamente la Cabeza de la Esfinje, ha estado enterrada hasta su barbilla en las arenas de los desiertos occidentales. Sin embargo, la belleza e importancia de la escultura demostró ser una maldición durante el largo periodo de gobierno extranjero de Osirion, y la cara fue mutilada, luego cincelada enteramente, y a veces incluso usada como blanco para los magos y soldados al servicio de los gobernantes sátrapas Keleshitas.
Restaurada por orden de Khemet I, desde entonces se ha determinado que los rasgos raciales de la Esfinje Negra son los del Faraón Celestial Menedes I, el primer gobernador de la última dinastía nativa Osiriana anterior a la invasión Qadirana del 1532 CA. Incluso vinculado con el Faraón Celestial, especulaciones eruditas siempre han estado repletas con el origen y propóstio del monumento, postulando que es un marcador limítrofe con la frontera con Thuvia, un lugar de peregrinaje ritual o el único resto visible de una antigua ciudad.
Sin embargo, nunca ha habido una ciudad en los remotos desiertos noroestes, y durante el periodo del reinado de Menedes I no debía haber una necesidad por tal gran demarcación por un limite provincial. El reciente descubrimiento de una puerta en lo alto de la cabeza de la Esfinje ha llevado a la sugerencia de que puede ser una entrada a una de las tumbas reales más poco convencionales de Osirion. Hasta recientemente no había información para confirmar esta especulación, ya que las trres conocidas excurciones a la cabeza nunca han regresado, pero la oportunidad qe que puede contener una tumba real ha hecho de la cabeza uno de los blancos más atractivos para la exploración ahora que Khemet III la abierto y muchas otras parte del desierto a la exploración extranjera.
Aunque previamente se asumió que las anteriores expediciones fracasaron debido al asqueroso y tóxico aire dentro de la Esfinje, la verdad es realmente lo contrario -más allá de la cámara inicial del interior de la tumba no hay aire. Poco dispuestosa dejar su seguridad etenra a la magia que consideraba que seguramente fallaría con el tiempo, el Faraón Celestial dejo la tarea a un grupo de guardianes provenientes del Plano Elemental del Aire (sometidos a él por uno de los príncipes genios de este reino de otro mundo) quienes eliminaron todo aire de la tumba. No solo fue eficaz en prevenir el deterioro, tambien disuadió a los ladrones de tumbas.
El vacío artificial permanece a dia de hoy, soportado por los espíritus elementales vinculados a las tumbas del faraón, tres reinas y varios de sus hijos. El vacío también posee una cualidad desconcertante de causa una constante, gentil afluencia, silbando contra la piedra para crear un sonido no muy diferente a un susurro atrayendo, como si la Esfinje estuviera llamando a aquellos en las cercanías. Tristemente, aquellos que responden a esta llamada solo hallan la muerte.
Dentro de las tumbas, virtualmente inmende al destructivo paso de los milenios, la gloria de la Dinastía Mendes brilla como nueva, potencialmente uno de los mayores tesoros no descubiertos de Osirion. Recorrida por sus guardiantes leoninos genios, el interior de la tumba contiene no solo los sarcofagos intactos de la famial real sino docenas de cámaras llenas de pilas de riquezas terrenales y una gran galería envuelta en cristal que mantiene copias de cientos de raros y perdidos volumenes de historia, conocimiento religios, astronomía y magia elemental. Las cámaras tambien contienen los cuerpos de una docen de guardias personales del Faraón, animados por esencia elemental. Estos tambaleantes guardiantes (acompañados por los muertos de las tres anteriores tentativas expediciones) están preservados en un estado parecido a la vida por una suave aura de energía positiva que impregna toda la tumba.

Tephu, Ciudad del Pueblo Junco[Tephu, City of the Reed People]
Nombrado por el mar de juncos que crecen en los pocos profundos pantanos indundados donde el Crook y el Ap se juntan, Tephu desde hace mucho ha suministrado a Osirion con gran parte de su suministro de papiros. La industria principal de la ciudad es la recoleccion y proceso de su abundante recurso natural, y poseen un casi monopilio en el proceso de fabricar y vender papiros. Conveniente a este enfoque, Tephu alberga la mayor academia de escribas de Osirion, la cual entrena a mcuhos de los clerigos iniciados y magos novicios de Osirion, como a los seculares encargados de los registros del gobierno y de las clases mercaderes.
Durante mucho tiempo ignorado por los invasores extranjeros y los conflictos internos por igual, los escribas e Tephu han preservado un enorme (aunque pobremente catalogado) almacen de registros desde el momento de su fundación en el -1605 CA por Djederet II, faraón y clérigo de Nethys. La actual gobernadora, Deka An-Kerte (LN humana Clérigo 10 de Nethys) es extremadamente protectora de este tesoro literaria e histórico, y en los años recientes ha trabajado para preservar y cipiar los trabajos más viejos tanto por métodos normales y mágicos. Repentinamente valorado no solo por eruditos sino por exploradores y aventureros por igual, este mismo almacen de documento ahora se halla en gran demanda por aquellos que esperan concretar la localizacion de muchos lugares de otra forma perdidos por el tiempo y la arena.

Totra [Totra]
Fundado en el -2587 CA por el Faraón Conquistador An-Hepsu II, la ciudad de Totra es el mayor de los puertos de Osirion fuera de Sothis misma. Totra a menudo es considera como el símbolo de las consecuciones del poder de Osirion, dada su asociacion con el mayor periodo de expansión de la nación, aunque al mismo tiempo, el antiguo puerto de la Gran Atoqua, también se alza como un simbolo de su exceso imperial. Cuando las flotas de la Dinastia An esclavizaron lo que se convertiría en Thuvia y Rahadoum, Totra vio un influjo de muchos de los esclavos -junto con sus descendentes- que construirían muchas de las pirámides y monumentos de Osirion en los siglos venideros.
Debido a su asociación con el poder nativo Osiriano, Totra fue un gran blanco para la represión cultural que la nación sufrió bajo el yugo del gobierno extranjero que siguió a la muerte del Faraón Caído y la siguiente invasión Qadirana. Muchos de los monumentos de Totra fueron descabezados, sus estatuas mutiladas y aplastadas, y el legado de su gloria bajo la Dinastía An enterrada. Esto solo creó una duradera fuente de nacionalismo en Totra tanto ente las clases bajas y la nobleza, ambas que permanecieron casi exclusivamente Garundi en su composición etnica.
Desde la caída del último sultan Keleshita, la nobleza de Totra ha buscado reconstruir su ciudad como fue anteriormente a las invasiones Qadiranas, gastando enromes sumas de su propio dienro junto a la riqueza extraida del comercio exterior. Los monumentos originales fueron restaurados, las estatuas fueon recuperadas de donde habían sido arrojadas al puerto, y docenas de esfinjes una vez enterradas en el desierto fueron alianeadas a lo largo de los grandes caminos de la ciudad.
La mayor declaración del renacimiento de Osirion ahora se encuentra en el centro del muelle de Totra, vigilando las aguas del Mar Interior. Esculpida en granita rojo, una gran estatua de An-Hepsu II se sienta sobre un trono de blanca piedra caliza, sus brazos alzados hacia el sol, agarrando un esculpido escarabajo de alabrastro que brilla dorado al sol. Es importante para el caracter de la ciudad notar que la isla no existía hace más de 30 años, y de hecho fue construida en un señalado cambio de acontecimientos historicos de los bloques de piedra cortados de las estatuas descabezadas de docenas de satrapas Qadiranos.
Desde el ascenso de Khemet I y continuando con su hijo y nieto, los nobles de Totra han prometido con ansia su apoyo a los nuevos gobernantes de Osirion, frecuentemente con extremo fervor público, a pesar de privadas preocupaciones sobre los altos impuestos sobre la creciente riqueza marítima. Auque el Príncipe Rubi aprecia su muestra pública de lealtad, y ha recompensado a la ciudad con asientos en el Consejo del Sol y el Cielo, parace que es improbable que comparta sus prejuicios contra la minoría Keleshita de la nación. Aunque Totra acoge a los mercaderes extranjeros con los brazos abiertos, la población es claramente hostil hacia los ciudadanos de herencia Keleshita, considerandos como restos indeseables de siete siglos de esclavitud y abuso extranjero.

Valle de las Piramides [Valley of the Pyramids]
Aunque las tormentas khamsin estacionales causan caos por toda la faz de los desiertos de Osirion, ocasionalemtne devorando pequeños pueblos o revelando ruinas hace tiempo perdidas para la faz de Golarion, en el año pasado golpearon especialmente fuerte. Para algunos parecia que las tribus elementales habían enloquecido, compitiendo y guerreando con una ferocidad no vista en la historia reciente, por razones desconocidas fuera del oculto mundo de sus propias políticas bizantinas. Aunque otras tormentas probablemnte desveleban docenas de ruinas por todos los desiertos Osirianos, una descubrimiento a solo 50 millas al sureste de Sothis no fue nada convencional.
Hace tiempo conocido como un nexo del conflicto elemental, los desiertos al sureste de la capital poseen un caracter del tipo propio tras la estación khamsin. En la estela de sus acciones, las arenas del desierto yacian esculpidas en un surreal paisaje no visto en ningun otro lado de Osirion -un lugar de enormes, barrocos y retorciods cañones cortados entre muros altisimos y mesetas de arena compacta. Sin embargo, no todo los muros son tan sólidos, y especialmente a medida que la estación avanza, las causales construcciones khamsin gradualente se derrumban en monstruosas y mortales corrimientos de arena.
Entre estas apodadas infradunas, el año pasado desveló un valle no visto completamente desde el reina de los fabulosos Cuatro Faraones de la Ascensión de Osirion. De acuerdo con las historias y artefactos ahora filtrados en los bazares de antigüedades de Sothis, el valle contiene nade menos que cuatro pirámides y algún tipo de portal mágico, que se rumorea que proporciona acceso a la tumba extraplanar de estos cuatro legendarios gobernantes. Incluso ahora, los aventureros de todo Osirion están ocupados equipandose en Sothis, preparandose para descender sobre las potencialmente indemnes ruinas. (Para más información sobre este reciente descubrimiento, consulta el Modulo Pathfinder J1: Entombed with the Pharaohs).

Wati, la Medio Ciudad [Wati, the Half-City]
Ahora la más pequeña del trio de ciudads meridionales, Wati era la mayor hasta que su población fue devastada por la Plaga de la Locura en el 2499 CA conjurada y extendida por el culto de Lamashtu, tomando ventaja del conflicto religioso que se desencadenabada por todo Garund durante ese periodo. La ciudad nunca se recuperó completamente, y en la estela de su perdida -se dice que había ascendido al 60 por ciento de la población-Wati fue lentamente abandonado por la población superviviente y entregada al desierto. Sin embargo, gran parte de su estigam fue eliminado en el 2953 CA cuando el sacerdocio de Pharasma estableció un gran templo y consagró la ciudad en memoria de los muertos asesinados, dejando aparte las secciones abandonadas de Wati en su honor. Muy al estilo en que la Necropolis de los Fieles en Sothis sirve como un reflejo de la capital de los vivos, la mitad abandonada de Wati permanece como una contraparte en ruinas pero de alguna forma serena de la renaciente ciudad. En los pasados mil años la sección viva de la ciudad se ha expandido y la parte abandonada ahora es menos de un cuarto de toda su zona total. A diferencia del cementerio en Sothis, las secciones amurallada de Wati solo son parcialmente accesibles, y dado que sus contenido permanecen en gran parte indemenes debido al estigma local y a la siguiente usurpación de desierto, los tesoros del difunto barrio son blancos para los aventureros que obtienen la bendición del clero de Pharasma.
Fuente: Pathfinder Companion: Osirion, Land of Pharaohs (Osirion)