jueves, 17 de julio de 2014

Acercándose al Culto


Como comentaron en la entrega de Martes de Tiamat del 9 de Julio, los episodios 5 a 8 de El Tesoro de la Reina Dragón son de finales más abiertos que los episodios 1 a 4.  La segunda parte de la aventura no es un "sandbox"; los personajes aun tienen que resolver un misterio y detener un plan maligno. No obstante, tendrán que enfrentarse a un dilema que no tiene solución en los libros. Los métodos corrientes para acabar con un culto maligno no funcionarán contra el Culto del Dragón. No existe un único sumo sacerdote cuyo asesinato haga que se derrumba la organización. Las reliquias mágicas importantes del culto están tan bien escondidas y tan mal entendidas por los ajenos a ellas que los personajes ni siquiera pueden encontrarlas, y mucho menos destruirlas. El culto es demasiado grande, esta demsiado organizado y esta demasiado disperso como para ser derribado por un único golpe o incluso una combinación de golpes. Para matar esta bestia es necesario miles de cortes, y deben ser unos bien localizados.

El episodio 5 empieza como una continuación del camino por tierra del episodio 4, pero el destino es mucho más misterioso. En el episodio 4, los personajes sabian que la gran ciudad de Aguasprofundas se encontraba al final del viaje. En el episdio 5, son conducidos a través de un territorio peligroso al norte de Aguasprofundas hacia un campamento donde se almacenan los suministros para que los trabajadores que estan reconstruyendo el camino hacia Nuncainvierno en el punto que bordea al Pantanto de los Hombres Muertos. Lo que comienza como un trabajo de vigilancia sencilla se convierte en una misión de espionaje, algo para los pícaros en el grupo que nunca consiguen escabullirse lo suficiente en la oscuridad. Por el camino, los cabos sueltos del episodio 4 también podrían volver a aparecer.

El episodio 6 envia a los personajes a una situación donde no tienen ni idea de lo que les espera. No pueden contar mucho por miedo a estropear la experiencia de los jugadores. Basta con decir que si los personajes siguen las pistas que les conducen hasta el Pantano de los Hombres Muertos, se encontrarán con una situación plagada tanto de peligros como de oportunidades. Aún mejor, es una situación que exige una improvisación creativa. Los personajes cuidadosos que pasen cierto tiempo intentando imaginarse que esta pasando de verdad antes llevar a cabo alguna acción hazlo o muere, se verán muy recompesandos, ya que en este episodio mucho no es lo que parece a simple vista. Los personajes que se sienta soprepasado, pueden sencillamente abrirse paso a espadazos y lanzando conjuros, pero no se recomienda este enfoque. Aparte del hecho de que tanto un ataque directo como incluso un ataque de comando improvisado son ambos riesgos que terminan en un TPK (total party killer, muerte del todo grupo), los personajes que no utilicen sus ojos y sus cerebros en este episodio saldrán con más preguntas que respuestas. En este momento de la aventura, ya tienen un montón de preguntas. Lo que en verdad necesitan son respuestas.

El episodio presenta un dilema a los personajes. ¿Pueden confiar en un sectario de alto rango y radical? A pesar de su organización jerarquizada, el Culto del Dragón no es compacto. Esta dirigido por gente que poseen toda las mismas ambiciones, egos, mezquindades y defectos como el resto de la raza humana. Las rivaldidades internas pueden ser explotadas y utilizadas contra el culto, pero solo si los personajes están dispuestos a confiar en alguien de dentro que, bajo circustancias ligeramente diferentes, no dudaría en cortarles la gargante y alimentar con sus cadaveres a sus dracos guardianes. Las decisiones que tomen los personajes en este episodio pueden tener repercusiones para el resto de la aventura hasta el final del libro 2, El Auge de Tiamat.

El episodio 8 es el gran final cinemático. No podían terminar la aventura sin un combate con mucho dramatismo y de vive o muere contra los enemigos principales del escenario que los jugadores recordarán durante años. Alguno gente se sorprenderá al oir que no es una expedición a la guarida de un dragón. De hecho, es lo más alejado posible de ese tipo de escenario.

Los personajes harían bien en recordar que a lo largo de El Tesoro de la Reina Dragón y El Auge de Tiamat que los enemigos no son los dragones cromáticos en general sino el Culto del Dragón. Los dragones adultos y ancianos, con sus acciones en la guarida y acciones legendarias, son enemigos tremendamente peligrosos en la quinta edición de D&D. Pelearse con los dragones es una recete para una carrera breve, una lección que los personajes pueden aprender a su pesar en El Auge de Tiamat.