De acuerdo con los dragones, los primeros dos dioses fueron aguas, una fresca y representando la ley, el otro salada y representando el caos. Sus asociaciones eran en gran parte armoniosas, y de su unión llegaron los demás dioses. Estos nuevos dioses crearon el Cielo, el Infierno y los reinos mortales intermedios. Entonces el primer nacido de las aguas, que se llamó a sí mismo Dahak, adoptó una poderosa y terrible forma y campó por todo el Infierno, haciendo de ello una pesadilla de devastación y sufrimiento. Esto resintió al demás dioses contra él, pero le importó poco, y gobernó solo en su reino sombrío. Cuando el agua salada creó seis nuevos dioses metálicos, Dahak los designó, los refundo en formas similares a la suya, y los arrojó sobre el Plano Material, donde estallaron y se convirtieron en los primeros dragones mortales. A estos cazó por diversión.
El agua fresca, Apsu, adoptó la forma de un dragón radiante y fue al mundo mortal para reunir a sus descendientes mortales. Hubo muchas grandes batallas, con tremendas bajas en ambos bandos, pero finalmente los dragones depusieron a Dahak. Dahak clamó a su madre, el agua salada, para que lo salvará, y ella se ofreció para sanar a los dragones mortales heridos si le perdonaban la vida. Aquellos que acordaron cambiaron bondad, amor y misericordia por venganza, ira y crueldad, reemplazando sus brillantes formas metálicas por apagados colores cromáticos. Entonces los dragones lucharon entre ellos, y en la confusión, Dahak se escabulló, y sus seguidores cromáticos huyeron tras él. Apsu y los dragones buenos descansaron y sanaron, para luego buscar un mundo lejano de Dahak donde pudieran conocer la paz. El vengativo Dahak y sus seguidores les persiguieron, y parece que Apsu y sus dragones metálicos han escogido Golarion como lugar para hacerlos frente.
Apsu es el dios de los dragones, la gloria, el liderazgo y la paz. Delgado y antiguo, es uno de los dos seres más viejos del universo, aunque aun es fuerte. Todos los dragones le respetan como su progenitor, aunque los malvados lo hacen a regañadientes, y pocos dragones buenos le adoran con la misma fuerza que las razas menores lo hacen con sus dioses.
Dahak es el dios de la destrucción, los dragones, el mal y la traición. Casi universalmente odiado tanto por los dragones buenos como malvados, sus ofertas de poder y vida eterna aún tientan a pocos dragones malvados a su servicio. Cubierto de púas de hueso, pinchos y cuernos, muestra muchas cicatrices de sus combates con Apsu, quién aún le molesta y le enfurece.
Fuente: Pathfinder Chronicles - Dragons Revisited (Introduction - Draconic Origin)