lunes, 11 de febrero de 2008

Drow en Eberron (Parte I)

Aquellos que han tenido la ocasión de explorar Xen'drik han tenido gran experencia con los elfos oscuros que adoran al dios escorpión Vulkoor. Los seguidores del escorpión están disperos por todo lo largo y ancho de Xen'drik, pero otras numerosas sectas y tribus también se ocultan en la tierra destruida.

LOS SULATAR
No todos los drow son salvajes tribales. Los Sulatar se han aferrado a las tradiciones de la magia que datan de la Era de los Gigantes -especialmente, un antigua forma de vinculación elemental. Los Sulatar ("ligafuegos" en la lengua Gigante) son maestros del fuego en todas sus formas. Sus campeones portan armaduras ardientes y ligan elementales a sus espadas, mientras que los maestros artesanos Sulatar crean objetos mágicos que incluso los gnomos de Zilargo aún tiene que perfeccionar.
Los ligafuegos permanecieron fieles a los gigantes durante la revuelta élfica e, incluso tras cuarenta milenios, han mantenido las enseñanazas de sus antiguos maestros. Los Sulatar creen que su devoción finalmente les otorgará acceso a una prometida tierra de fuego, donde obtendrán inmortalidad y poder y liderarán un ejérctio que arrasará el mundo. Los eruditos especulan que la tierra prometida es el plano de Fernia, pero de momento la leyenda sigue siendo esa.
Pocos exploradores se han encontrado con los Sulatar, ya que los ligafuegos tienen poco interes en las demas culturas. Para los Sulatar, todos caerán cuando las Puertas de la Promesa se abran; hasta entonces, no tienen necesidad de tratar con las criaturas inferiores. Además de esta actitud aislacionista, los Sulatar desde hace tiempo han combatido a los seguidores de Vulkoor, y esto ha mantenido su población en jaque. Los ligafuego consideran a las tribus escorpión ser salvajes y traidoras, mientras que los hijos de Vulkoor odian a los Sulatar por su continua lealtad hacia los gigantes.
Para este fin, el DM deben decidir cuantos Sulatar viven en Xen'drik y la importancia de su presencia. Puede ser que solo un único enclave Sulatar exista -la legendaria Ciudad de Obsidiana, muy profundo en las junglas de Xen'drik. Alternativamente, cientos de miles ligafuegos pueden vivir en el sur del continente -un ejército que podría suponer una amenaza mortal para Linde Tormentoso y para Khorvaire si los Sulatar escogen surgir de su escondite.
Los Sulatar tiene un fuerte tradición marcial, con más guerreros que exploradores. Todos los Sulatar son competentes con la espada corta y con la ballesta de mano, y consideran la espada de dos hojas como arma marcial en lugar de arma exótica. Esto reemplaza a las competencias con armas drow normales. Los Sulatar forjan sus armaduras y armas con una extraña variedad de mithril que tiene la apariencia del bronce, y normalmente incorporan diseños y patrones de fuego en su equipo.
Los clérigos y adeptos Sulatar son devotos de una fuerza abstracta llamada la Promesa del Fuego. Este poder es neutral malvado, y sus adoradores puede escoger entre los dominios de Destrucción, Mal y Fuego. Su arma predilecta es la espada de dos filos. Los magos Sulatar se centran en la evocación, conjuración y abjuración y no existe tradición de nigromancia o encantamiento entre ellos.
Los ligafuegos se tatuan diseñoes de llamas por todo su cuerpo, creyendo que estos les otorgan protección mística. Auque los tatuajes realmente no otorgan ningún beneficio, una combinacion de herencia mística y largo entrenamiento permite a los Sulatar ejercer un gran control sobre la vinculación de elementales de fuego. Cuando interactuan con un objeto elemental que normalmente solo responde ante personajes que poseen una marca del dragón, un Sulatar puede controlar el objeto como si tuviera la marca necesaria.
En todos los demás aspectos, los Sulatar son idénticos a los drow descritos en el Manual de Monstruos o en el Razas de Eberron.

OTRAS CULTURAS
Xen'drik es más grandes que Khorvaire, y cualquier cantidad de naciones drow pueden estar dispersas por toda su superficie. Aunque los Sulatar, los Umbragen y los seguidores de Vulkoor son los únicos drow que se han encontrado de momento, tribus que combate con espadas de hielo puede vivir en las cuevas del sur, o clanes que surcan el viento sobre los lomos de sierpes pueden habitar en altas cumbres. Sobre todo, Xen'drik esta repleto de sorpresas.

LOS UMBRAGEN
Cuando la desgracia cayó sobre Xen'drik, los ancestros de los Umbragen huyeron hacia las profundidades de la tierra. El inframundo estaba repleto con sus propios terrores, pero nada tan mortal como el conflicto entre los dragones y los gigantes. Tras un largo y peligroso viaje, estos refugiados drow se asentaron profundamente bajo la región conocida como el Anillo de Tormentas, el legendario hogar de los Qabalrin (ver más abajo). En su lucha por la supervivencia, los elfos oscuros descubrieron conocimiento antiguo de los Qabalrin y una senda a un oscuro pozo de energía mística -una fuerza que llamaron Umbra. Durante generaciones, los elfos llevaron a cabo terribles rituales arcanos que vinculaban el cuerpo y el alma a la Umbra, mezclando la fuerza sombría con la carne élfica.
Durante miles de años los Umbragen se mantuvieron en las profundidades de Khyber, defendiendo su reino contra todo tipo de monstruos. Entonces en 997 AR, el equilibrio de poder cambió. Un daelkyr se adentró en la oscuridad, y un ejército de contempladores, azotamentes y otras aberraciones se alzaron desde las sombras. La perdición de Umbragen estaba de camino.
Hoy las ciudadeles de los Umbragen están bajo asedio, y los elfos oscuros están perdiendo la batalla. Han enviado contingentes hacia la superficie en busca de cualquier cosa que pueda ser usada como arma contra los ejércitos de Khyber.
Las habilidades y la cultura de los Umbragen serán descritos en un articulo posterior.

UN SULATAR HABLA
Este mundo nació del fuego, y en el fuego deberá finalizar. Nuestro futuro reside en la Tierra de la Promesa, desde donde todo el fuego fluye.
En los primeros días, los poderosos aprendieron a vincular las llamas de las tierras lejanas, extrayendo el fuego del aire y combinándolo con la sangre y el hierro. Pero las torpes manos de los gigantes no podían tejer las finas hebras de verdadero fuego, y los profundos secretos marchitaron sus mentes y los enloquecieron. Y así los más sabios entre ellos buscaron a nuestros ancestros, buscanos a aquellos con el poder para encarnar realmente las llamas y encontrar la senda a la Tierra de la Promesa. Vincularon el fuego a nuestra sangre, donde quemó nuestra piel hasta volverla negra como el basalto. Nos enseñaron las formas del fuego y el conocimiento secreto de la Promesa. Y cuando enloquecieron, reclamamos las ciudades de cristal. Muchos de nuestros parientes enloquecieron y ahora recorren las junglas, adorando sabandijas y explorando ruinas. Pero poseemos el destino en nuestras manos. Poseemos los secretos del fuego. Un día deberemos abrir las Puertas de la Promesa y extender las llamas por todas los continentes. Ya que este mundo nació del fuego y en el fuego deberá finalizar.

Fuente: Secrets of Xen'drik