domingo, 24 de febrero de 2008

Una Historia de Dragones (Parte I)

La historia de los dragones se extiende desde el principio del tiempo. Cada apice tiene sus propios héroes, triunfos y derrotas, y durante el transcurso de decenas de miles de años gran cantidad de la verdad se ha perdido o ha sido consumida por la leyenda. Esta sección se refieren a acontecimientos que los historiadores de Khorvaire han estudiado, sin duda unas pocas brillantes monedas en un inmenso tesoro de la historia dracónica.

LAS SIERPES PROGENITORAS
Los dragones mas sabios afirman que el mundo nació en un combate. De acuerdo con el mito, el vacío antes de la creación era el dominio de tres poderosos dragones. El dorado Siberys era la fuente de toda la magia. El benévolo Eberro era la fuente de la vida. El cruel Khyber era el señor de lo secreto y del conocimiento, y de los poderes que acechaban en la oscuridad. Juntos, ostentaban el dominio sobre el destino de todo, y pensaron la forma adecuada del universo.
Al principio, los progenitoros trabajaron juntos. Comenzaron con los treces planos, pero a medida que moldeaban la realidad, las discrepancias comenzaron a formase entre ellos. El oscura Khyber se volvió orgulloso, y el noble Siberys contestó volviendose más enérgico; cada uno buscó influenciar más en su trabajo. Daanvi, Fernia e Irian portaban la imperante marca de Siberys. Kythri, Mabar y Xoriat mostraron el toque dominante de Khyber. Eberron buscó mediar pero no pudo salvar la división.
Cuando llegó el momento de crear el último, plano central, la tensión entre Siberys y Khyber no podía ser contenida. El oscuro desgarró a su hermano, hiriendo mortalmente al dragón dorado y esparciendo sus escamas por todo el cielo. Aunque no lo suficientemente poderoso para derrotarla, Eberron sabía que no se podía permitir a Khyber que se beneficiará de sus acciones. El benévolo rechazó pelear con Khyber con la garra y el colmillo. En su lugar, Eberron la abrazó, atrapando a Khyber dentro de sus suaves anillos. Eberron convocó los poderes de la vida, dando a luz a la tierra, el árbol y el oceáno, y a si se transformó en una prisión viviente de la que Khyber nunca podría escapar.
Así Eberron se convirtió en el mundo en donde toda la vida crece. Hasta hoy, alimenta y sostiene todo. Los restos de Siberys se convirtieron en el anillo que rodean al mundo; sus esparcidas escamas se convirtieron en estrellas. Khyber permaneció atrapado en su interior -el Dragón Inferior, la Madre de los Monstruos, la fuente de toda oscuridad -para siempre luchando por escapar y traer el final a todo.

LA PRIMERA ERA
Tras la guerra de los Progenitores, la vida surgió en el nuevo mundo. Siberys había caido en combate, pero el poder permaneció en su sangre. Cargada con la pura esencia de la magia, la sangre cayó sobre Eberron, mezclando vida y magia para producir nuevas criaturas con la fuerza de ambos Progenitores: los dragones. Donde la sangre de Siberys golpeó a las nubes, los dragones plateados nacieron. Cayó sobre los fríos picos, y los dragones blancos surgieron del hielo. Golpeó los pantanos, y los dragones negros surgieron de las oscuras profunidades. Y así todos los dragones nacieron, poderosos y orgullosos, poseedores del místico poder de Siberys y la vibrante fuerza vital de Eberron.
Pocas criaturas de la era moderna existían al comienzo del tiempo. Los titanes de Xen'drik estaban en su infancia, poseedores del poder pero careciendo del conocimiento. Las razas menores no habían nacido; las criaturas oscuras no habían sido engendradas. Así fue como los salvajes vuelos de los dragones se elevaron sobre el mundo, disfrutando de su poder.
Los únicos verdaderamente iguales a los dragones eran los couatl, las serpiente emplumadas de Sarlona. A pesar de todo su poder, los dragones eran criaturas mortales. Se reproducían, envenjecían y con el tiempo morían. Los couatl permanecían fuera del ciclo de la vida; las leyendas dicen que los couatl fueron creados de la pura sangre de Siberys antes de que golpeará a Eberron, y por esto, como resultado, eran verdaderamente inmortales. Aunque poderosos, los couatl se mantuvieron en Sarlona, dejando que los dragones exploraran el mundo.

LA SANGRE DE KHYBER
Durante inéditos milenios, los dragones fueron los únicos señores de Eberron. Entonces una nueva amenaza surgió.Khyber estaba atrapado en las profundidades de Eberron, pero esto no suprimió el poder del dragón oscuro. Con el tiempo, un hueste de horrores se produjó en las profundidades. Rakshasas, abolezhs, y otros terrores surgieron para situar su reclamación sobre el mundo de arriba. Los mayores fueron los Señores Demoníacos, demonios con tal poder que casi podía ser llamados dioses. En ese momento, los dragones estaban organziados en simples bandadas, con luchas unos contra a otros tan a menudo como quisieran. Dispersos y salvajes, no eran oposición para los Señores Demoníacos de Khyber.

LA PROFECÍA DRACÓNICA
Despúes de que los poderosos demonios consolidaran su control en el mundo de la superficie, gobernaron sobre un reino de pesadilla durante cientos de miles de años. Los una vez orgullosos dragones fueron obligados a la esclavitud y a la servidumbre. El dominio demoníaco podía haber continuado hasta el fin del tiempo sino hubiera sido por el couatl Hezcalipa y el dragón azul llamado Ourelonastrix. Trabajando juntos durante el transcurso de siglos, estos dos visionarios estudiaron el cielo y las estrellas, y compararon sus descubrimientos con los misterioros patrones que aparecieron en la tierra. Estaban convencidos de que tal estudio podría revelar un mapa del futuro, una esbozo de un miríada de sendas que la historia podría seguir. Ourelonastrix lo atribuía a la sabiduría de los Progenitores, el mismo anteproyecto de la realidad. Lo llamó la Profecía Dracónica, compuesto por Eberron y Siberys mismos.

LA GRAN GUERRA
La Profecía Dracónica proporcionó a Ourelonastrix comprensiones de las debilidades de los Señores Demoniacos. Incluso algo más, proporcionó al dragón y a su raza un sentimiento de esperanza, la creencia de que los dragones eran parte de algo mucho mayor. Siguiendo la senda de la profecía, Ourelonastrix y Hezcalipa reunieron a sus pueblos contra los hijos de Khyber, poniendo en marcha una guerra que podría durar miles de años. A pesar de su puro poder -o quizás, debido a ello- los Señores Demoníacos estaban dispersos y demasiado confiados. Esto permitió al poder combinado de la alizan dragón-couatl derrotarlos uno por uno.
A pesar de esta ventaja, la guerra parecía desesperada. Los Señores Demoníacos eran realmente inmortales. La derrota de un Señor Demoníaco era temporal en el mejor de los casos, y ningún conjuro corriente podía atraparlos. Entonces los estudios Hezcalipa descubrieron una senda hacia la victoría. De hecho, la consecuencia parecía decretada. Aún, el coste era terrible. Liderados por Hezcalipa, los couatl sacrificaron casi toda su raza, funiendo su esencia inmortal en una fuerza pura que podría mantener a los Señores Demoníacos y a sus terribles seguidores. Unos pocos demonios escaparon, pero la guerra fue ganada.
Aunque los dragones lucharon valientemente, algunos creen que abondonaron a los couatl al final, rechazando compartir el coste del sacrificio final. Es posible que esto fuera un asunto de miedo, aunque parece poco probable. Puede ser que, siendo mortales, los dragones sencillamente no tenían la energía espiritual necesaria. El sacrificio de los couatl eliminó tanto a los celestiales como a los demonios de Eberron, dejando a los dragones como los señores de la Profecía y los seres más poderosos en el mundo.

TIAMAT, LA HIJA DE KHYBER
En Eberron, las deidades no camina por la tierra. Esto es cierto incluso para los Dioses Dragón. Los dragones señalan hacia la imagen de Bahamut en el cielo, pero el dragón de platino nunca ha puesto un pie en Eberron, y su existencia es un asunto de fe, no un hecho.
Aunque los errores abunda, la existencia de Tiamat en Eberron no es una excepción ya que no es realmente una diosa. En su lugar, es una de los más poderosos demonios de la Era de los Deminos, una verdadera hija del Dragón Inferior. Cada uno de los Señores Demoniacos tiene su propio dominio místico; para Tiamat, esa compentencia son los dragones. Khyber y Siberys eran hermanos, y la mancha de Khyber yace escondida en cada dragón. Tiamat tiene el poder de sacarla, corrompiendo y dominando a los hijos de Eberron y Siberys. Los dragones cromáticos son especialmente vulnerables a sus engaños, pero incluso los dragones metálicos corren riesgo.
Durante la Era de los Demonios, Tiamat era la mas temida de los Señores Demoniacos, ya que volvió un ejercito de dragones y a sus propios engendros retorcidos contra su parentela. Finalmente fue derrotada por los couatl y atrapada en el Pozo de los Cinco Pesares en Argonnessen. Sus corruptos engendros fueron totalmente destruidos. Aún, tan grande era el miedo que engendró que los dragones la situaron entre el panteón de dedidades dragones y trazaron su símbolo en las estrellas. Quizás esperaban que si Tiamat encontraba un lugar en los cielos, nunca podría regresar a Eberron.
Tiamat ha permanecido atrapada hasta hoy, pero su poder aún se siente en el mundo. Tiene seguidores entre los Señores del Polvo, y es servida por una alianza de dragones y otras criaturas -las Garras de Tiamat. Estos cultistas trabajan para liberar a la Hija de Khyber, y ya han tenido éxito en la primera fase de sus planes, organizando el resurgimiento de los terribles engendros de Tiamat. La Profecía advierte de las terribles consecuencias del regreso de Tiamat; ahora su culto trabaja para cumplir las condiciones de la Profecía, incluso aunque la dracónica Luz de Siberys lucha por mantener este apocalipsis a raya.
Incluso aunque Tiamat no es una diosa verdadera, los clérigos que adoran a la Hija de Khyber reciben conjuros, igual que los forjados devotos del Señor de los Filos. Tiamat misma no garantiza este poder, pero la fe y la devoción a sus oscuros ideales refuerzan a su clérigo dedicado.
Como todos los Señores Demoniacos de la Era de los Demonios, Tiamat esta atrapada en su prisión y puede influenciar el mundo solo a través de sus agentes. En su verdadera forma, tieen poder suficiente para amenazar a naciones enteras, y la habilidad para corromper y controlar dragones. Es posible que sus seguidores encuentren una forma de otorgar a su señora oscura la habilidad de manifestarse, al menos parcialmente, en el mundo. Este acontecimiento cataclismico permitiría a PJs de nivel épico combatir directamente con un aspecto de la poderosa Tiamat.

Fuente: Dragons of Eberron