Por Ed Greenwood
Ilustración por Sam Burley
Traducción por Bowesley (aka Humuusa)
En algún lado en las Tierras Centrales -cerca de Berdusk, algunos juran, o en las onduladas, boscosas colinas donde Sembia se encuentra con los Valles, o en cualquiera de otra docena de lugares, esta "Resistencia de Ondal".
Como llego a este nombre exacto ahora se ha olvidado (gran parte cree que alguien se refirió con ironía a este lugar como donde Ondal realizó su "ultima resistencia", aunque no hay pruebasde que el mago llegase a conocer que su perdición estaba cerca). Todo el mundo esta de acuerdo en que es la Resistencia: los restos de los anteriormente extensos, sotanos revestidos de piedra de Ondal (gran parte de los cuales se derrumbaron cuando la resistente, casa fortificada sobre ellos explotó en la crísis de la Plaga de los Conjuros, con Ondal dentro).
Aunque se cuentan las historias normales sobre embrujos o magos enterredados vivos o sencillamente durmiendo que regresarán para lanzar su feroz venganza sobre aquellos que perturben lo que creen suyo, gran parte cree que el mago y vinatero Ondal murió en la Plaga de los Conjuros.
Por supuesto, incontables magos murieron en la Plaga de los Conjuros, o enloquecieron y murieron en accidentes poco después o cuando los enemigos tomaron ventajas de su condición aturdida y debilitada para eliminarlos de los Reinos para siempre. Lo que hace famoso a Ondal no es su magia -según se informa, un tipo bastante solitario, dedicado a investigaciones y experimentos con todo tipo de pequeña magia beningna. Es recordado por el vino que había embotellado pero que no había vendido aún cuando la Plaga de los Conjuros golpeó.
O más bien, que hicieron los infames fuegos azules que arrasaron violentamente donde estaba Ondal y a su casa, a ese vino.
DECANTADORES MUY APRECIADOS
Ondal fabricó una gran cantidad de buen vino -un poco para él, pero principalmente para vender (era su fuente principal de ingresos). Sus extensos sótanos siempre estaban llenos de grandes barricas de vinos, reposando en la penumbra y envejeciendo de forma normal.
Ondal nunca trasladó sus barricas, incluso aunque los sótanos eran una serie de habitaciones unidas por arcos lo suficientemente grandes para dejar pasar una robusta vagoneta a través de ellos. Los sótanos finalizaban en una larga rampa de vagoneta con enormes puertas en lo alto y abajo para que asi las vagonetas de transporte podían entrar y salir fácilmente.
No, el mago no vendía su vino en pellejos o barriletes o botellas embotelladas ino en decantadores comprados a granel a los sopladores de vidrio locales. Animó a sus proveedores a crear bellas, botellas con tapones de vidrio, permitiéndose un capricho cuando llegaba el momento de adornarlas o darles forma -no solo porque adoraba y coleccionaba decantadores llamativos, sino porque creía correctamente que los impresionantes recipientes harían que la gente pagase más por los contenidos.
Los ebanistas locales crearon miles de baules de transporte con compartimentos individuales, acolchados con paja y puñados de plumas, para albergar los decantadores en sus viajes al mercado.
Tan bueno era el vino de Ondal, y tan abundante y fiable su suministro, que las compañías de caravanas estacionaron agentes en el mercado cuyo único trabajo era quedarse con todo el vino de Ondal que llegase allí. Estos agentes intentaron todo tipo de trucos unos sobre otros para asegurarse de que eran los únicos compradores del vino, pero Ondal desaprobaba las tácticas o intentos peligrosos o amenazantes de detener sus carromatos antes de que alcanzarán el mercado. Inevitablemente esto llevó a los agentes a ofertar unos contra otros por los cargamentos, y esto enriqueció a Ondal y a los vinos más caros y por lo tanto el interes de los ricos y refinados en lugares tales como Aguasprofundas, Athkatla y las ciudades de Sembia.
El mago vivía confortablemente, tomándoselo con calma y dedicando gran parte de su tiempo a investigaciones mágicas. El vino -el cual pasó a guardarse muy bien, aunque Ondal juró que nunca lanzó la menor magia sobre él- era disfrutado ampliamente. En conjurno, la vida era buena...
... Hasta que un dios actuó contra otro dios, y la Plaga de los Conjuros lo arruinó todo.
EL FUEGO AZUL GOLPEA
Los fuegos de la primera oleada de la Plaga de los Conjuros aplastaron a Ondal y a su casa, desencadenando tanto una serie de explosiones asi como diversos encantamientos "en ejecución", objetos mágicos almacenados, y experimentos de conjuro en marcha se retorcieron simultáneamente en un furia salvaje.
Localmente, los incendios desencadenados corrieron por la tierra, arrasando algunos árboles (y las vides de Ondal), prendiendo fuego a otros, lanzando otros al aire y convirtiendo un gran sombralto [shadowtop] en una gloria de muchas ramas de zafiro sólido. (Pronto desapareció, dejando un rastro de cuerpos porta dagas y sangre para marcar las muchas veces que cambio de manos en su camino de ser desguazado).
De aquellos que sobrevivieron a las fuegos y permanecieron en lugar de huir de terror, poca gente se atrevió a ir cerca del pozo de escombros humeantes que había sido el hogar de Ondal.
Los que lo hicieron, hallaron una extraña diversidad de monstruos recorriendo el pequeño valle, "no dos iguales, excepto en aspecto horrible y salvajismo", como un mercader de caravanas notificó. Estas bestias luchaban unas contra otras y saltaban sobre todas las llegadas en su búsqueda de comida, asi que los exploradores más curiosos inmediatamente huyeron.
Se contaban y recontaban historias de monstruos hambrientos. Su presencia se atribuía a cautivos liberados con los que Ondal había experimentado o criados, a portales que el mago debía haber creado en secreto por toden bestias terribles estaban saliendo en tropel, o en la magia en las ruinas que de alguna forma las estaba atrayendo.
Gran parte estaba de acuerdo que era un buen lugar para estar bien lejos de él. Los aventureros que escucharon las mismas historias pensaban de forma diferentes, pero había más aventuras a disposición en ese momento problemático que aventureros para ellas. El desaparecido hogar de un mago era un pequeño atractivo en medio de un inmensa y peligrosa colección.
Pasaron meses antes de que las filas de los montruos descendierán lo suficiente para que alguien se aventurará de vuelta al lugar para un examen adecuado.
La casa y gran parte de sus sótanos eran un gran socavón de escombros. No había señal de magia aún activa o que Ondal se había abierto paso hacia la libertad. Dos habitaciones del sótano y parte de una tercera habían sobrevivido intactas, y en ellas no había menos de cuatro vagonetas (algunas historias dicen seis, o incluso siete) perfectamente cargadas. Sus decantadores de vino parecían totalmente ilesos.
Todas las barricas del gran sótano se rompieron cuando los fuegos azules bramaron alrededor de los sótanos, y los cristales rotos de incontables decantadores yacian brillando y tapizando todo el suelo, pero aquellos vinos embalados en las vagonetas parecían facilmente recuperables. Tenían que ser transportados a mano -meses de excavación habrían sido necesarios para limpiar varias habitaciones llenas de escombros y la rampa con el fin de sacar las vagonetas fuera.
Fue entonces cuando estos decantadores, transportados desde las ruinas a las mesas y tabernas en otros lados, fueron abiertos o rotos que la "diversión" comenzó.
"Profundamente divertido" como describió el sabio Rambaertus de Aguasprofundas. "La Plaga de Conjuros en una botella -desencadenada en un asalto, en el momento que sacaba el tapón o servía el contenido. Lo que bien podía ser la útima cosa que llegases a hacer. Si eras afortunado."
EL FUEGO AZUL GOLPEA DE NUEVO
Para poner las cosas claras, todos los decantadores hasta el momento recuperados de la Resistencia de Ondal parecían ser hermosos decantadores de cristal repletos del normal ("blanco", o dorado y translucido, en lugar de rojo oscuro) vino en buenas condiciones, sin deterioro, añadidos o sedimentos.
Sin embargo, cuando los decantadores eran abiertos o rotos, lo que salía no era solo vino. La magia se desencadenaba, tan repentinamente y violentamente como si un conjuro hostil hubiera sido lanzado.
Ningun patrón podía ser percibido de las descargas hasta el momento; literlamente cualquier tipo de magia (plegarias, conjuros, rituales, manifestaciones similares a los poderes de un artefacto; cualquier cosa) podían tener efecto cerca del decantador. Su naturaleza, localización de área de efecto u objetivos, y la fuerza podía ser, parecía, cualquier cosa del todo.
La misma naturaleza de la magia significa que descargas incontroladas en un lugar dado (y un espacio cerrado en particular) pueden ser destructivas.
A medidas que las noticas de los decantadores mortíferos de Ondal se han extendido, a mucha gente se le ha ocurrido emplearlas como "bombas" que lanzar contra enemigos. Por ello, su valor se ha disparado y -juicioso manejo siendo lo que es- falsos decantadores de Ondal también ha comenzado a aparecer.
Como el filósofo sin par Andragus de Duerharr una vez dijó lamentándose, "Cuando la posibilidad de hacer mucho daño con rapida facilidad atrae, las monedas son gastadas neciamnete, y hay mucho dinero por hacer".
UNA CARRERA A LAS ARMAS
Desde el descubrimiento, los dueños de tiendas, mercaderes de caravanas y aventureros han buscado asegurar el lugar de la Resistencia de Ondal. O más bien, los lugares; se esta comenzando a luchar por varias presuntas y ampliamente separadas ubicaciones, desde los Valles hasta a unos pocos días de sencilla monta al sureste de Aguasprofundas, y muchos lugares entre medias. Mientras los competidores son asesinados y las luchas abiertas se vuelven más frecuentres, una verdad se esta volviendo clara.
Varias organizaciones de magos, cábalas siniestras y ejecutores trabajando para diversos gobiernos -asi como la corriente multitud de contratadas "arraca y apresa" bandas de aventureros, "volando como buitres, como de costumbre" como el sabio Rambaertus dijó -están todos intentando rastrear los restantes decantadores y llevaros a una vigilancia protectora.
De acuerdo con el sabio y otros, el alto indice de mortaldiad por tales esfuerzos esta llevando a un creciente cantidad de aventureros contratados para esta misión, a muchos de los cuales se les cuenta lo mínimo sobre Ondal y sus decantadores.
Ahora están teniendo lugar desastres secundarios, ya que a aventureros sudorosos se les escurren los decantadores o deciden tomar un breve sobro para "ganar para ellos mismo algo de magia". Un puñado lo consigue, pero gran parte tienen un rápido y doloroso fin, o son transformados en monstruos horribles.
Y los precidos de los decantadores de Ondal están subiendo como la espuma.
Fuente: Wizards of the Coast - Dungeon Digital 179 (Ed Greenwood's Eye on the Realms: Ondal's Stand)
Ilustración por Sam Burley
Traducción por Bowesley (aka Humuusa)
En algún lado en las Tierras Centrales -cerca de Berdusk, algunos juran, o en las onduladas, boscosas colinas donde Sembia se encuentra con los Valles, o en cualquiera de otra docena de lugares, esta "Resistencia de Ondal".
Como llego a este nombre exacto ahora se ha olvidado (gran parte cree que alguien se refirió con ironía a este lugar como donde Ondal realizó su "ultima resistencia", aunque no hay pruebasde que el mago llegase a conocer que su perdición estaba cerca). Todo el mundo esta de acuerdo en que es la Resistencia: los restos de los anteriormente extensos, sotanos revestidos de piedra de Ondal (gran parte de los cuales se derrumbaron cuando la resistente, casa fortificada sobre ellos explotó en la crísis de la Plaga de los Conjuros, con Ondal dentro).
Aunque se cuentan las historias normales sobre embrujos o magos enterredados vivos o sencillamente durmiendo que regresarán para lanzar su feroz venganza sobre aquellos que perturben lo que creen suyo, gran parte cree que el mago y vinatero Ondal murió en la Plaga de los Conjuros.
Por supuesto, incontables magos murieron en la Plaga de los Conjuros, o enloquecieron y murieron en accidentes poco después o cuando los enemigos tomaron ventajas de su condición aturdida y debilitada para eliminarlos de los Reinos para siempre. Lo que hace famoso a Ondal no es su magia -según se informa, un tipo bastante solitario, dedicado a investigaciones y experimentos con todo tipo de pequeña magia beningna. Es recordado por el vino que había embotellado pero que no había vendido aún cuando la Plaga de los Conjuros golpeó.
O más bien, que hicieron los infames fuegos azules que arrasaron violentamente donde estaba Ondal y a su casa, a ese vino.
DECANTADORES MUY APRECIADOS
Ondal fabricó una gran cantidad de buen vino -un poco para él, pero principalmente para vender (era su fuente principal de ingresos). Sus extensos sótanos siempre estaban llenos de grandes barricas de vinos, reposando en la penumbra y envejeciendo de forma normal.
Ondal nunca trasladó sus barricas, incluso aunque los sótanos eran una serie de habitaciones unidas por arcos lo suficientemente grandes para dejar pasar una robusta vagoneta a través de ellos. Los sótanos finalizaban en una larga rampa de vagoneta con enormes puertas en lo alto y abajo para que asi las vagonetas de transporte podían entrar y salir fácilmente.
No, el mago no vendía su vino en pellejos o barriletes o botellas embotelladas ino en decantadores comprados a granel a los sopladores de vidrio locales. Animó a sus proveedores a crear bellas, botellas con tapones de vidrio, permitiéndose un capricho cuando llegaba el momento de adornarlas o darles forma -no solo porque adoraba y coleccionaba decantadores llamativos, sino porque creía correctamente que los impresionantes recipientes harían que la gente pagase más por los contenidos.
Los ebanistas locales crearon miles de baules de transporte con compartimentos individuales, acolchados con paja y puñados de plumas, para albergar los decantadores en sus viajes al mercado.
Tan bueno era el vino de Ondal, y tan abundante y fiable su suministro, que las compañías de caravanas estacionaron agentes en el mercado cuyo único trabajo era quedarse con todo el vino de Ondal que llegase allí. Estos agentes intentaron todo tipo de trucos unos sobre otros para asegurarse de que eran los únicos compradores del vino, pero Ondal desaprobaba las tácticas o intentos peligrosos o amenazantes de detener sus carromatos antes de que alcanzarán el mercado. Inevitablemente esto llevó a los agentes a ofertar unos contra otros por los cargamentos, y esto enriqueció a Ondal y a los vinos más caros y por lo tanto el interes de los ricos y refinados en lugares tales como Aguasprofundas, Athkatla y las ciudades de Sembia.
El mago vivía confortablemente, tomándoselo con calma y dedicando gran parte de su tiempo a investigaciones mágicas. El vino -el cual pasó a guardarse muy bien, aunque Ondal juró que nunca lanzó la menor magia sobre él- era disfrutado ampliamente. En conjurno, la vida era buena...
... Hasta que un dios actuó contra otro dios, y la Plaga de los Conjuros lo arruinó todo.
EL FUEGO AZUL GOLPEA
Los fuegos de la primera oleada de la Plaga de los Conjuros aplastaron a Ondal y a su casa, desencadenando tanto una serie de explosiones asi como diversos encantamientos "en ejecución", objetos mágicos almacenados, y experimentos de conjuro en marcha se retorcieron simultáneamente en un furia salvaje.
Localmente, los incendios desencadenados corrieron por la tierra, arrasando algunos árboles (y las vides de Ondal), prendiendo fuego a otros, lanzando otros al aire y convirtiendo un gran sombralto [shadowtop] en una gloria de muchas ramas de zafiro sólido. (Pronto desapareció, dejando un rastro de cuerpos porta dagas y sangre para marcar las muchas veces que cambio de manos en su camino de ser desguazado).
De aquellos que sobrevivieron a las fuegos y permanecieron en lugar de huir de terror, poca gente se atrevió a ir cerca del pozo de escombros humeantes que había sido el hogar de Ondal.
Los que lo hicieron, hallaron una extraña diversidad de monstruos recorriendo el pequeño valle, "no dos iguales, excepto en aspecto horrible y salvajismo", como un mercader de caravanas notificó. Estas bestias luchaban unas contra otras y saltaban sobre todas las llegadas en su búsqueda de comida, asi que los exploradores más curiosos inmediatamente huyeron.
Se contaban y recontaban historias de monstruos hambrientos. Su presencia se atribuía a cautivos liberados con los que Ondal había experimentado o criados, a portales que el mago debía haber creado en secreto por toden bestias terribles estaban saliendo en tropel, o en la magia en las ruinas que de alguna forma las estaba atrayendo.
Gran parte estaba de acuerdo que era un buen lugar para estar bien lejos de él. Los aventureros que escucharon las mismas historias pensaban de forma diferentes, pero había más aventuras a disposición en ese momento problemático que aventureros para ellas. El desaparecido hogar de un mago era un pequeño atractivo en medio de un inmensa y peligrosa colección.
Pasaron meses antes de que las filas de los montruos descendierán lo suficiente para que alguien se aventurará de vuelta al lugar para un examen adecuado.
La casa y gran parte de sus sótanos eran un gran socavón de escombros. No había señal de magia aún activa o que Ondal se había abierto paso hacia la libertad. Dos habitaciones del sótano y parte de una tercera habían sobrevivido intactas, y en ellas no había menos de cuatro vagonetas (algunas historias dicen seis, o incluso siete) perfectamente cargadas. Sus decantadores de vino parecían totalmente ilesos.
Todas las barricas del gran sótano se rompieron cuando los fuegos azules bramaron alrededor de los sótanos, y los cristales rotos de incontables decantadores yacian brillando y tapizando todo el suelo, pero aquellos vinos embalados en las vagonetas parecían facilmente recuperables. Tenían que ser transportados a mano -meses de excavación habrían sido necesarios para limpiar varias habitaciones llenas de escombros y la rampa con el fin de sacar las vagonetas fuera.
Fue entonces cuando estos decantadores, transportados desde las ruinas a las mesas y tabernas en otros lados, fueron abiertos o rotos que la "diversión" comenzó.
"Profundamente divertido" como describió el sabio Rambaertus de Aguasprofundas. "La Plaga de Conjuros en una botella -desencadenada en un asalto, en el momento que sacaba el tapón o servía el contenido. Lo que bien podía ser la útima cosa que llegases a hacer. Si eras afortunado."
EL FUEGO AZUL GOLPEA DE NUEVO
Para poner las cosas claras, todos los decantadores hasta el momento recuperados de la Resistencia de Ondal parecían ser hermosos decantadores de cristal repletos del normal ("blanco", o dorado y translucido, en lugar de rojo oscuro) vino en buenas condiciones, sin deterioro, añadidos o sedimentos.
Sin embargo, cuando los decantadores eran abiertos o rotos, lo que salía no era solo vino. La magia se desencadenaba, tan repentinamente y violentamente como si un conjuro hostil hubiera sido lanzado.
Ningun patrón podía ser percibido de las descargas hasta el momento; literlamente cualquier tipo de magia (plegarias, conjuros, rituales, manifestaciones similares a los poderes de un artefacto; cualquier cosa) podían tener efecto cerca del decantador. Su naturaleza, localización de área de efecto u objetivos, y la fuerza podía ser, parecía, cualquier cosa del todo.
La misma naturaleza de la magia significa que descargas incontroladas en un lugar dado (y un espacio cerrado en particular) pueden ser destructivas.
A medidas que las noticas de los decantadores mortíferos de Ondal se han extendido, a mucha gente se le ha ocurrido emplearlas como "bombas" que lanzar contra enemigos. Por ello, su valor se ha disparado y -juicioso manejo siendo lo que es- falsos decantadores de Ondal también ha comenzado a aparecer.
Como el filósofo sin par Andragus de Duerharr una vez dijó lamentándose, "Cuando la posibilidad de hacer mucho daño con rapida facilidad atrae, las monedas son gastadas neciamnete, y hay mucho dinero por hacer".
UNA CARRERA A LAS ARMAS
Desde el descubrimiento, los dueños de tiendas, mercaderes de caravanas y aventureros han buscado asegurar el lugar de la Resistencia de Ondal. O más bien, los lugares; se esta comenzando a luchar por varias presuntas y ampliamente separadas ubicaciones, desde los Valles hasta a unos pocos días de sencilla monta al sureste de Aguasprofundas, y muchos lugares entre medias. Mientras los competidores son asesinados y las luchas abiertas se vuelven más frecuentres, una verdad se esta volviendo clara.
Varias organizaciones de magos, cábalas siniestras y ejecutores trabajando para diversos gobiernos -asi como la corriente multitud de contratadas "arraca y apresa" bandas de aventureros, "volando como buitres, como de costumbre" como el sabio Rambaertus dijó -están todos intentando rastrear los restantes decantadores y llevaros a una vigilancia protectora.
De acuerdo con el sabio y otros, el alto indice de mortaldiad por tales esfuerzos esta llevando a un creciente cantidad de aventureros contratados para esta misión, a muchos de los cuales se les cuenta lo mínimo sobre Ondal y sus decantadores.
Ahora están teniendo lugar desastres secundarios, ya que a aventureros sudorosos se les escurren los decantadores o deciden tomar un breve sobro para "ganar para ellos mismo algo de magia". Un puñado lo consigue, pero gran parte tienen un rápido y doloroso fin, o son transformados en monstruos horribles.
Y los precidos de los decantadores de Ondal están subiendo como la espuma.
Fuente: Wizards of the Coast - Dungeon Digital 179 (Ed Greenwood's Eye on the Realms: Ondal's Stand)